viernes, 29 de julio de 2016

Verano

Comencé el instituto en 1994. Y acabé mis estudios de diseño en el 2001 o 2002, ya no recuerdo. Fueron siete u ocho años en los que todos y cada uno de ellos supendí muchas asignaturas, y siempre me tocaba ir a Septiembre. Me gustaba más dibujar, fumar y pasarme el día en el Marlene, que tiene nombre de prostíbulo, pero era una cafetería de mi pueblo. Quizás por eso, cuando llegan las fechas del verano, me pongo como nervioso, tal vez es que aún me dura el trauma de tener que llegar a casa con las notas y decirles a mis padres, ha vuelto a pasar. Aunque bueno, eso era al principio, a partir de 3º de BUP, donde ya comencé a manejarme con Photoshop, las falsificaba, tan de puta madre, que para ellos siempre fui un estudiante ejemplar.

Pero si, el verano me pone nervioso, y las vacaciones más. He pasado grandes veranos, pero también otros tan desastrosos que dejaron una cicatriz que nunca se cura del todo. Este mes de agosto tendré de todo, vacaciones, trabajo, horas de dibujar y charlas nocturnas con los monstruos que me acechan cuando me empieza a entrar el sueño.
Anoche sin ir más lejos me ocurrió. Estaba ya dormido, pero todavía no estaba inconsciente. Porque cuando duermo de verdad, estoy como en otro mundo, podría entrar la banda de música tocando Paquito el Chocolatero en mi habitación y simplemente no los escucharía, porque no estoy allí. Pero no, no estaba dormido del todo y soñé que primero perdía el sentido del oído, luego la vista y finalmente me desplomaba contra el suelo. -Me estoy muriendo- pensé en el sueño, y noté como algo tiraba de mi hacia arriba, pero no de mi cuerpo, sino de mi "conciencia". No sé como traté de agarrarme a mi cuerpo, no me quería ir. Y duró dos segundos esa sensación, pero fueron como dos semanas.

Dentro de mi pensaba en todo lo que no he hecho aún y no quería marcharme sin hacerlo. Pensé -Joder, todavía no he sido estrella del rock, si muero que sea por una sobredosis en un puto backstage, no en una oficina de mierda- Os juro que pensé eso y luego pensé en que ni siquiera he triunfado aún como ilustrador, y tengo que hacerlo, como ilustrador, como estrella del rock y como director de cine. No puedo morirme hasta no haber logrado eso. He logrado otras metas, como atravesar un peaje arrancando la valla, en plan película, que es algo que siempre quise hacer. He logrado muchas cosas que no se pueden contar, pero que me llenan. Pero no, todavía no era mi hora.

Así que me desperté dando un pequeño grito, como asfixiado. Decidí morirme más adelante, y he decidido que este verano, aunque venga con algún nubarrón, voy a disfrutarlo con la gente que me quiere. Septiembre viene cargado de proyectos que me van a robar todo mi tiempo, y hoy por hoy, el tiempo es lo que más valoro. Así que, voy a desaparecer este mes de todos los lugares en los que estoy habitualmente, para centrarme solo en lo importante: follar ser feliz. 

domingo, 17 de julio de 2016

He vuelto

Si amigos, he vuelto. Esta debería de ser la ultima entrada del blog. Pero he pensado que no, que lo hago todo al revés y si la anterior era la penúltima, esta va a ser la primera de un nuevo comienzo de despropósitos hechos texto. Total, mientras me dediqué a escribir aquí tuve más éxito que con mis ilustraciones, así que vamos allá, vamos a ver que pasa. En su día fueron 20.000 visitas en un año, vayamos a por otras tantas.

No sé ni por donde empezar, ni sé que quiero contar. Suelo hacer asociaciones de ideas de lo más extrañas, y creo que he llegado a la conclusión de que el creador de Spotify, o ya no el creador, sino el algoritmo que lo hace funcionar, es posible que sea Dios. Me gusta Spotify, esa es la verdad. Como soy un rata no tengo la versión premium, y tengo que tragarme publicidad cada pocas canciones. Al final les coges cariño a las voces que aparecen en esos anuncios, diciéndote que lo mejor para hacer que la gente que a las cuatro de la mañana han vomitado en la alfombra y están al borde de la muerte, se levanten y se pongan de nuevo a bailar, es poner una canción de David Guetta o uno de esos (no tengo ni puta idea de cual es la canción que suena en el anuncio). 

La cuestión es, que hoy me ha dado por entrar en la sección "novedades". No tenía esperanza alguna de encontrar algo interesante, ya sé de sobra que música me gusta, y mucho me temo que no es la que publicitan ni la que da de comer a Dios, perdón, a Spotify. Pero me he armado de valor y dicho, venga va, vamos a ver si hay suerte... Ana Torroja, Alejandro Sanz, Carlos Baute, Britney Spears, un mierdecilla con la gorra torcida que se llama Abraham Mateo... en fin, una verdadera calamidad sonora. -Por eso no os pago la versión premium, porque sois lamentables seleccionando artistas, si es que a estos se les puede llamar eso- he pensado mientras exploraba novedades y más novedades. Al final nadando en un océano de mierda, he encontrado una luz, un pequeño bote que se había salvado de un naufragio, y que destacaba muy a lo lejos. ¡Eran los Pixies! joder, casi resbala una lágrima por mi mejilla, los Pixies rodeados de basura. -Voy a escucharlos, me hace ilusión, y el título del tema es divertido "Um Chagga Lagga"- he pensado mientras le daba al clic. Tras un minuto solamente me ha salido decir -cualquier tiempo pasado fue mejor-. Y he vuelto a mis listas, las listas que me hago y que están repletas de temazos. 

Pero luego me he quedado pensado en Spotify y sus recomendaciones. Sabéis, no tengo buenos amigos, uno o dos máximo, y no estoy seguro. Este año he perdido a varios que yo consideraba buenos amigos, o al menos amigos. Pero han resultado ser un chasco y una decepción. Y en ese momento he hecho la asociación de ideas: si Spotify me sugiere toda esa basura de música... ¿y si Dios, o el Karma, o vete a saber qué, que rige nuestro destino, que en su día me sugirió estos amigos, es la misma entidad que ahora me sugiere que escuche a Ana Torroja? Pensadlo, tiene sentido joder. ¿Y si hay algo que nos hace recomendaciones subliminales a lo largo de nuestra vida, que nos hace tomar decisiones completamente equivocadas? Porque, quién me dice que ese "algo" que en su día me hizo pensar -Eh pues parece buen tío, voy a ser su amigo- en realidad no me estaba recomendando al Abraham Mateo de los amigos, ¿Eh? 

No sé si me pillas, pero creo que hay algo dentro de nosotros, y también fuera, que nos hace tomar decisiones equivocadas, que nos hace tener Anas Torrojas, Alejandros Sanzs y Carlos Bautes en nuestra vida por error. Y saber distinguir la buena música de la mala es importante, pero aún más saber distinguir las personas correctas de las que no.

Y no sabía de que quería hablar, pero mira gracias a Britney Spears, he vuelto por aquí. Ya veremos como sigue esto, hazme la visita de vez en cuando :P