lunes, 29 de diciembre de 2014

Conversación con un guardia civil (Nueva entrega)

No sé que tiene la guardia civil, que me atrae y yo también les atraigo. Es así. Hoy no ha hecho falta ni tan siquiera ir en coche. Me han debido de ver cara de chungo mientras fumaba (tabaco) en un sitio apartado de mi pueblo. Estaba tan tranquilo, intentando desconectar, relajarme, cuando ha llegado un coche con dos Jedis dentro. Paran, bajan la ventanilla, y me dicen...

GC: Buenas tardes.
Yo: Buenas tardes.
GC: Hace un poco de frío para estar ahí...
Yo: (les sonrío, con cara de tengo los huevos congelados, si)
GC: ¿Qué hace usted aquí? ¿Espera a alguien?
Yo: No, solo estoy fumando.

- Se hace un silencio, un pelín incómodo, pero nada del otro mundo.

GC: ¿Es usted de aquí?
Yo: Si, soy de aquí.
GC: ¿Dónde vive?
Yo: Aquí.
GC: ¿Aquí dónde?

- Ya empiezo a sentirme gilipollas como la última vez.

Yo: Pues aquí, ya se lo he dicho.
GC: Aquí no hay ninguna vivienda.
Yo: Con aquí me refiero a Villena.
GC: Ah... ¿Su nombre por favor?

- No preguntéis porqué, pero me ha salido decirles...

Yo: Pepe.

- Pone cara de que no se lo cree, y entonces pienso que como me pida el DNI si que nos vamos a reír.

GC: Pues no debería estar mucho rato aquí con este frío, además a estas horas esto está muy solitario.
Yo: Si, por eso vengo, para estar solo.

- Diez segundos de silencio incómodo más tarde, hace la puta pregunta que siempre me saca de mis casillas...

GC: ¿Y a dónde va a ir ahora?
Yo: Pues no lo sé. ¿Acaso importa?
GC: Solo es una pregunta.
Yo: Pues no lo sé...

- Nuevo silencio, son idiotas, me miran como si fuese sospechoso de haber matado a alguien, y eso sucederá, pero todavía no me he manchado las manos de sangre. Rompo el silencio...

Yo: Iré por aquí...
GC: ¿Por aquí?
Yo: Por aquí.
GC: ¿Por Villena?
Yo: ¿Estoy obligado a decir a dónde voy a ir?
GC: ¿Tiene algún problema para no querer decirlo?
Yo: Ninguno, iré por aquí.
GC: ¿Por aquí?
Yo: Si.

- Esto ya nos está tocando los cojones a los dos...

Yo: A mi casa, iré a mi casa.
GC: Ah, muy bien. ¿Dónde está?
Yo: Por aquí...

- Suben la ventanilla. Se van.


sábado, 27 de diciembre de 2014

Caídas

Me he caído muchas veces a lo largo de mi vida. Desde que tengo memoria siempre me he caído. Incluso no lo recuerdo, pero al parecer ya desde mis primeros pasos me caía, o eso cuenta mi madre. De bebé siempre aterrizaba con la cabeza contra el suelo, era incapaz de no salir corriendo y a los pocos pasos darme un hostiazo. Mezcla de torpeza, impulsividad, ganas de llegar antes de haber dado el primer paso... que sé yo. Siempre me he caído. Hasta me rompí un diente contra el asfalto de la pista de fútbol del colegio. Caí con una gran sonrisa, eso si.

De mayor no he cambiado mucho. Me he seguido cayendo, de muchas formas, física y también psicológicamente. Me he caído por el monte unas cuantas veces haciendo el cabra. Me caí borracho tropezando con la bola del remolque de un coche y me quedé tirado en el suelo sin ser capaz de levantarme, terminando arrastrándome por el suelo hasta la puerta de mi casa.  
Y me he caído anímicamente mucho. Por distintos motivos. Por penas, culpas, chascos, gente, mentiras, enfermedades... tengo un gran catálogo de caídas, ya lo creo que si. Ahora estoy cayendo.

Pero al igual que la naturaleza hizo que mi cráneo se endureciese como el cemento en la parte frontal de mi cabeza a base de hostias, poco a poco mi interior también se va endureciendo, y los dramas cada vez son menos. No puedo evitar empatizar con el dolor ajeno, ni puedo evitar querer a muerte y odiar del mismo modo. Pero las cosas cada vez joden menos, y en algunos casos, ya me generan indiferencia. Supongo que eso será que estoy madurando, o será que uno se acostumbra a todo, incluso a las caídas. De pequeño lo hice, ¿por qué no iba a hacerlo ahora?

En cualquier caso sigo queriendo llegar al final antes de haber dado el primer paso. Eso no ha cambiado. Ahora mismo deseo la cura casi antes del tratamiento. Igual que deseo la paz, antes de que llegue la última batalla. Deseo que me comprendan igual que yo he comprendido. Y sigo siendo impulsivo, y sigo golpeando las paredes, y sigo deseando que algún cabrón se muera sufriendo, y sigo deseando que todo acabe ya. Deseo aprender a correr sin caerme, y si me caigo y me duele, levantarme como cuando era un crío pequeño. Deseo muchas cosas. Entre ellas, cerrar este blog. Ha dejado de tener sentido, ni tan siquiera he escrito en los últimos meses. Así que probablemente esta sea la penúltima entrada. Todo tiene un principio y un final, como todas las mierdas que aquí he dejado escritas.